Mi Ventana Óptica Origen del velatorio

Por Alejandro Almánzar

Velar difuntos, podría situarse ante de la Edad Media, aunque es cuando se desarrolla, para con solemnidad, despedir el cuerpo abandonado por el Alma, se implementó por los continuos envenenamientos que se producían entonces.

Pero, seres “inferiores” hacen semejante ritualidad, ejemplo, los elefantes, aunque no los entierran, escogen una especie de cementerio, donde depositan restos, y van a rendirles cultos, como si los mortales se identificaran con la materia, no con el Alma.En principio, el cadáver era cubierto con una Manta, en época de Jesús, los judíos, lo envolvían durante días, en espera de la resurrección del difunto, o para que el Alma abandonara definitivamente (su vestidura carnal).

Luego, aparece una caja, que los egipcios construían de piedras, donde dejaban el cadáver, y luego sus huesos eran retirados, para depositarse en un espacio reservado, así nace el Devorador de carne o Sarcófago.

En los funerales, repartían comida y bebidas, para resaltar bondades del muerto. Entre las tantas creencias de los pueblos, estaba la de dejar al finado sobre una mesa algún tiempo, en espera de que resucitara.

Al eso no suceder, surge el Cementerio, luego las Funerarias, quizá con un propósito espiritual y humano, convirtiéndose en lucrativo negocio, donde se comercializa con el dolor de quienes apegados a la materia, pagan para despedirlos “dignamente”.

Después, vinieron los Ataúdes, las “Mortajas o Sudarios”, como si todavía esperaran la resurrección carnal. El tipo de enterramiento más antiguo conocido, data de 6,000 años, cuando los sumerios, los preparaban y amortajaban, introduciéndolos en un Cesto o Canasto, elaborado de junco trenzado.

Igual, eran introducidos en enormes ataúdes de piedras pulidas, cubiertas de jeroglíficos, que contaban la vida del ocupante, o en estuches fabricados con madera pintada, en forma de humano. Los caldeos, en la región Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, los enterraban en urnas de barro cocido.

La antigua Grecia, y el imperio Romano, daban a sus ataúdes diversas formas: urnas, receptáculos hexagonales, triangulares e incluso, rectangulares, donde el muerto era sentado. El material utilizado era arcilla quemada, moldeada de acuerdo con la envergadura del cadáver.

El ataúd de madera fue el más empleado antiguamente en Europa, y Occidente, hasta la Edad Media, y quien no podía pagar un sepulcro de piedra, de plomo o hierro, debía conformarse con ser envueltos en lienzo, o cubiertos de heno y flores.

Sólo clases adineradas y la nobleza, podían enterrarse en ataúdes. Era “pecado de vanidad”, enterrar pobres en estos. Lo normal era, meterlo en el hoyo, envuelto en una sábana. La palabra Ataúd, viene del árabe, (tabut al) (caja o tumba).

Funeraria: La Funeraria Bucktrout, de Williamsburg, Virginia, fue la primera en instalarse. Inicia como fabricante de ataúdes, en 1759, y continúa haciéndolo, posteriormente, floreció la industria de féretros en hierro fundido, en 1850. Almond Fisk, fue el pionero, patentizándolo en 1848.

Los ataúdes de madera cobraron relevancia, pues la Guerra Civil, en USA, en la década de 1860, incrementó la mortalidad, forzando una industria económicamente productiva, hasta ver nacer las funerarias, en su forma moderna, a principio de 1900.

El embalsamamiento, utilizado durante el siglo XIX, y el auge de velatorios, hicieron que empresarios de América y Europa entraran al negocio, ampliando la oferta funeraria, de cremación, flores, transporte, lápidas, entre otros.

Fuente: Google.
Twitter, @alexalma09

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